Mujer abusada por toda su familia desde niña obtuvo justicia luego de 29 años 

Compartir Facebook Twitter Whatsapp

Un verdadero infierno fue la infancia de la británica Maureen Wood, quien fue abusada sexualmente desde los 8 hasta los 16 años por toda su familia: su padrastro, su madre y su propio hermano. 

La mujer de 51 años vivió gran parte de su vida guardando silencio, lo que la tuvo con problemas con el alcohol y para cuidar bien de su hijo. Sin embargo, a los 34 años, en 2008, los recuerdos de su abuso volvieron en forma de pesadillas.

La mujer escribió cartas a su madre diciéndole que recordaba todo lo vivido, pero esta no respondió, lo que hizo que Maureen intentara suicidarse, indica Daily Mail.

Finalmente, recibió asesoramiento para hablar sobre el abuso. Esto le permitió ponerse en contacto con la policía y acusar a su madre, padrastro y hermano. 

Tras abrirse la investigación, el cuerpo de su hijo Christopher, a quien dio a luz a los 13 años y falleció a los pocos días de nacer, fue exhumado en 2009. Tras esto, se comprobó a través de una prueba de ADN que el bebé era fruto de un abuso por parte del hermano de Maureen.

En 2011, el padrastro de Maureen, John Wood, fue sentenciado a 16 años de prisión; su hermano John Donnelly; a dos años de cárcel; y su madre Maureen Wood (mayor) fue declarada culpable de cuatro cargos de complicidad en la violación de una niña menor de 16 años.

Familia y abusadores de Maureen
Familia y abusadores de Maureen

El infierno de Maureen

Tras separarse sus padres, su papá la abandonó a ella y a su hermano John Donnelly, pero apodado Jock. A los tres años su mamá se la llevó junto con su hermano a su casa, a vivir con su padrastro John Wood.

Maureen Wood cuando niña
Maureen Wood cuando niña

A los 8 años, su hermano de 14 años comenzó a abusar sexualmente de ella.  "En mi mente de niña parecía un monstruo, un demonio, un hombre del saco y nada parecido a mi hermano en absoluto", cuenta. En su noveno cumpleaños, Jock la violó, lo que describió como  "un dolor punzante, cruel e implacable”.

Un año después, su padrastro vio a Maureen siendo violada por su hermano. Ella pensó que su tortura acabaría aquí, pero el sujeto en vez de acusar lo visto, comenzó a violar también a la niña.

Su última esperanza era que su madre parara los abusos, pero ella comenzó a culparla de la violación, diciendo que “debía haber animado a Jock de alguna manera". Además la llamaba “pu..a”, y le decía que ella era tan culpable como su hermano.

Este infierno contrastaba con la apariencia correcta que daba la pareja al mundo exterior. “Parecían en todo el mundo una pareja de mediana edad común y corriente, en cualquier dormitorio de los suburbios. Sin embargo, no podrían haber sido más anormales, más depravados, más inhumanos ”, manifestó.

Luego, se arrancaba para no llegar a casa. “Se convirtió en un horror quincenal. Cada dos sábados, mamá y John Wood me violaban y abusaban sexualmente de mí en su cama”, dice.

“Fui hecha para soportar horrores inimaginables que, aunque traté de bloquearlos, quemaron el revestimiento de mi alma y devastaron mi propio corazón '', cuenta.

Embarazo y salida

A los 13 años Maureen comenzó a notar cambios en su cuerpo, y supo de inmediato que estaba embarazada. Al enterarse, su madre y padrastro, aterrorizados, la convencieron para que dijera que había sido violada por un desconocido.

Para Maureen su embarazo, lejos de agobiarla, le dio esperanza. “Este bebé, este pequeño latido dentro de mí, se sintió como la respuesta a todos mis sueños y esperanzas. Desde que tengo memoria, había querido amar a alguien y que ellos me amaran a mí también '', señala.

Todo lo que quería era un amor puro e inocente. Y esta era mi oportunidad”, agregó.

Sin embargo, el bebé, llamado Christopher, murió a los días de nacido. Luego de eso su madre y su hermano dejaron de abusarla, pero su padrastro prosiguió, hasta que a los 16 años se fue de casa.

Desde eso tuvo problemas con el alcohol y de comportamiento, lo que la hizo perder la custodia de su hijo durante un tiempo. Sin embargo, tras una terapia logró hablar del abuso de su padrastro. Y luego, en 2008, a través de pesadillas recordó y enfrentó el sufrido por su madre y hermano.

Ahora, realizó un curso de psicología o sociología en la Universidad Abierta, y escribió un libro contando su experiencia con la esperanza de que este ayude a personas que están pasando por lo mismo.